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La inferioridad intelectual del conservador español.

La inferioridad intelectual del conservador español.
 
La llegada de la dinastía de los Borbones hizo creer a los españoles durante un corto tiempo que podrían superar su derrota en el seno de Europa. Inglaterra, Francia y Holanda despegaba y España cada vez su poder era más cuestionado. Las otras potencias estaban mermando, algunas hoy desaparecidas, como Prusia, o el Santo Imperio Germánico.
El absolutismo francés también cogía agua por todas partes, pero la idea de nación en Francia ya estaba presente. El reformismo inglés y la llegada de la democracia moderna en ese territorio les iban a propulsar como primera potencia mundial hasta la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, España no conseguía la estabilidad, lo único que consiguió el franquismo era frenar la modernización inevitable de España.
A partir de 1959 y visto la situación de España que no mejoraba, el régimen franquista tuvo que abrirse a las demás naciones occidentales. El retraso tecnológico e intelectual de la derecha española, gobernada por militares y eclesiásticos, no tuvo más remedio. Algunas empresas extranjeras se instalaron en España y empezó una leve prosperidad. El turismo y sus 6 millones de visitantes. A pesar de todo, la mayor entrada de divisas en España hasta los años 70 fue su emigración.
85 años después, España no está recuperada de la sangría de intelectuales, científicos y artistas que tuvieron que abandonar este país. En España sus intelectuales, sus científicos y artistas siempre han vivido con grandes dificultades, pero con el franquismo fue dramático.
La apertura y la entrada de España en la Unión Europea mejoró considerablemente la condición social del país. Las grandes multinacionales mejoraron las condiciones laborales de los obreros españoles. Sin embargo, la burguesía española no se adaptó a los nuevos tiempos. Se agarró al poder para mantener sus privilegios. Esa incapacidad de dar respuestas y de vivir como parásitos en la sociedad conduce a las dificultades actuales de España.
Mientras la patronal extranjera levantaba una industria y comercio moderno en España, nuestra burguesía se dedicaba a meter la mano en las cuentas públicas. Los segundos cuchillo se dedicaban a la construcción con su cohorte de corrupción, el turismo, sus engaños y precariedad y a la agricultura y la explotación humana.
 
 
La inferioridad tecnológica que arrastra España no viene de la nada, proviene de una inferioridad intelectual. Una sociedad que construye sus mitos fundadores sobre prejuicios y creencias absurdas. Un país supersticioso que creen en un Dios Salvador, y un jefe.
 
Desde mediados del siglo XIX, España podría haber dado un salto adelante. Pero las fuerzas reaccionarias y conservadoras entran en conflicto con las fuerzas progresistas. Los destierros, el exilio y la cárcel acaba con esa generación. Y pasará lo mismo en los años 40.
 
A diferencia de los otros grandes países de Europa, la burguesía española no proviene del trabajo. Son más bien altos funcionarios, hombres políticos y gente cercana a los contratos públicos. En fin, gente que no necesita mucha inteligencia ni hacer muchos esfuerzos para conseguir riqueza.
 
 
Parece que la España actual quiere revivir esos tiempos dónde unos pocos eran privilegiados y los demás explotados.